Como somos de natural crédulo, aceptemos que la última reforma laboral, la de 2012, tiene por ahora un efecto neutro (éxitos y fracasos) y que en un futuro, eso si, cada vez más lejano, contribuirá a generar empleo y mantenerlo. Aceptemos en la parte éxito la flexibilidad laboral de la que ponen como ejemplo las últimas promesas de creación de empleo en las empresas de automoción.
Pero, para aceptarlo tenemos que olvidar, primero, que esas empresas hace ya tiempo que en sus convenios pactaban medidas de flexibilidad interna como bolsas de horas que podrían ser distribuidas por la empresa a conveniencia. También tenemos que olvidar el decreto ley de 2011 que obliga a que los convenios colectivos contemplasen medidas de flexibilidad interna y también el II Acuerdo para el empleo y la Negociación colectiva firmado por empresarios y sindicatos en enero de 2012, apenas 15 días antes de la reforma laboral. Este Acuerdo para el período 2012 -2014 contempla medidas de flexibilidad interna.
¿Qué ha hecho la Derecha? Aprovechar el camino abierto por la reforma socialista inclinándola hacia el empresario. ¿Resultamos creíbles para los ciudadanos cuando los mismos que aprobaron y defendieron la reforma laboral de 2010, descalifican íntegramente a su heredera, la de 2012? Aún conservamos en la memoria la imagen de quien primero se manifiesta contra la reforma laboral de 2010, a continuación la defiende como ministro, y a continuación ataca la de 2012, incluidas las partes, muchas, que conserva de la de 2010, como portavoz de empleo en la oposición.
No, no resulta creíble que los que defendieron una cosa en el Gobierno la critiquen en la oposición, por eso no hay oposición, ni firmeza en la defensa de los derechos sociales. Necesitamos aire nuevo en el socialismo. Nuevas personas, nuevas ideas.
Javier Menezo
Rescata la Política 